lunes, 15 de junio de 2009

¡¡Yo QUIERO volverme TAN LOCA!!

Alguna vez se preguntaron, ¿Qué es la vida?. Hoy por la tarde mientras volvía del Sr. Numérico, esa pregunta taladro mi cien. Inmediatamente producida, sentí que mi cuerpo se desdibujaba, me sentí flotar, mis pies se desprendieron del piso, mis ojos de repente ya no veían. Me convertí en un fabuloso espectador de una gran obra de títeres. Mientras me desprendía materialmente de misma, y tomaba esta nueva forma, me encontré con la Sra. Lingüística que trataba de impedir mi vuelo, no sé bien por qué, me desprendía los zapatos, los tiraba a un río cercano y con una soga intento atarme los pies...pero llegó tarde, éstos ya se habían desintegrado.
En esta nueva forma que adopté, soy inmensa, tanto, que debo acostarme boca abajo para poder ver el show.
La curiosidad me atrapó y quise ver mi nuevo aspecto. Mientras esperaba que el telón se corriera, encuentro un espejo de agua, que misteriosamente era de color rosa, decidí acercarme y ver que reflejaba, fue notable mi sorpresa, en principio fui un pájaro, un colorido pájaro, cuando quise acercarme más aún, apareció la imagen de un tigre, una hermosa y guerrera tigra, pero todavía no llegaba a verme lo suficientemente cerca. Cuando lo logré, vi a un ratón, un ratón tan inmenso como un dinosaurio, con la fuerza de un tigre, y la libertad de un pájaro, pero un ratón en fin, un animal retraído del amor humano, solitario, ermitaño. Por suerte me logré encontrar.
El momento llegó al fin, los telones se corren, casi que en verdad, se desvanecen. La escena comienza oscura, débiles sonidos van integrando el momento. Suena raro, pero de a poco comienza a caer desde las alturas los títeres, a simple vista, parecerían ser un único y gran personaje, poco pude visualizar sus cualidades individuales, pues su aspecto era idéntico. Éstos sin embargo son incapaces de hablar, solamente se comunican por gestos. Nuevamente la curiosidad no me dejó pensar, y comencé a preguntarme quien manejaría a estos títeres que visualmente son iguales, que no hablan, que solamente se comunican por gestos, y que dura solamente en la escena breves instantes, solamente el tiempo que les toma caer desde las alturas y desintegrarse en el espacio. Despacio, sin hacer ruido, me deslizó por debajo, justo ahí donde los títeres ya no se ven...caí metros y metros en un silencio sepulcral. Me siento dormir, estoy cansada, ya sin fuerzas, otra vez esa sensación que tuve al iniciar mi viaje, pero a la inversa, esta vez, me vuelvo pesada, angustiada, ya flotar no puedo. Busco entre la oscuridad alguien que me ayude a caminar. El Sr. Numérico, mi sansón, aparece de entre la nada y el todo conjugado, y allí camino negro y laprida otra vez.-